sábado, 27 de septiembre de 2014

Nadar contra corriente es bueno... ¡solo para tus músculos!

Las cosas que más nos importan no deben depender nunca
de las cosas que nos importan menos
Goethe


Juan tenía 92 años cuando su esposa Esther, veinte años más joven que él, falleció. La muerte de Esther hizo necesario que Juan tuviera que ir a vivir a una residencia de ancianos pues el matrimonio no tenía hijos ni familia cercana.

Después de varias horas esperando en el pasillo de la residencia, a Juan se le comunicó que su habitación estaba lista. La enfermera encargada de llevarle hasta su nuevo cuarto le fue contando por el camino cómo era éste.

--¡Me encanta! --exclamó Juan con el entusiasmo de un niño de ocho años ante un nuevo juguete.

--¡Pero si aún no hemos llegado! Espere a verla... --le dijo sonriendo la enfermera.

--Eso no tiene nada que ver --replicó el anciano Juan--. La felicidad es algo que decido siempre con antelación. Si me gusta o no mi habitación no depende del color de las paredes o cómo están colocados los muebles. Depende de cómo coloco yo mi mente. ¡Y ya he decidido que me gusta mi nuevo cuarto!

La enferemera lo miró sonriendo, un poco extrañada. Pocos ancianos llegaban entusiasmados a la residencia. Observando su extrañeza, Juan le confió:

--Es una decisión que tomo cada mañana cuando me despierto. Puedo elegir entre pasarme el día en la cama enumerando las dificultades de casi todas las partes de mi cuerpo o salir de la cama y agradecer las que sí funcionan bien. Creo que cada día es un regalo para mi y, mientras sea capaz de abrir mis ojos, los enfocaré en el nuevo día y en todos los recuerdos felices que he ido almacenando a lo largo del camino...

(Anónimo)

*   *   *

Una persona como Juan es un regalo para el mundo, sin duda. 

El mayor regalo que podemos ofrecernos a nosotros mismos, a nuestra familia, amigos y al resto de la humanidad es apreciarnos lo suficiente como para decidir ser felices cada día. La gente feliz no empieza guerras. La gente feliz no hiere a otros ni abusa de ellos. La gente feliz no maltrata a aquellos sobre los que cree que tiene poder. La gente feliz no va por ahí causando dolor a troche y moche, queriendo o sin querer.

He decidido que quiero ser como el viejo Juan...

domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Crees que ya eres todo lo inteligente que puedes?

Si no puedes enseñarlo de forma sencilla,
no lo has entendido con la suficiente claridad (Albert Einstein)

Puede que creamos que la inteligencia se nos asigna en la infancia o juventud en un porcentaje fijo e inamovible que no podremos cambiar. Pero estamos equivocados, según la ciencia, si pensamos que es así. La forma en que enfrentamos situaciones —sean éstas de poca o mucha importancia para nosotros— y lo que hacemos para alimentar nuestros cerebros pueden aumentar significativamente nuestra potencia mental. Eso afirma Jessica Stillman en su artículo de Bussiness Insider del 24 de julio.

Aumentar nuestra inteligencia no requiere, necesariamente, volver a la escuela o universidad o comprometer gran parte de nuestro tiempo y energía en el estudio de asuntos profundos y complicados.
Hace poco, un investigador en el campo de la eficiencia y perfeccionamiento personal del sitio Quora, lanzó la siguiente pregunta a la comunidad del foro: ¿Qué harías para ser un poco más inteligente cada día?

Las respuestas llovieron; desde mediadores a profesores y empresarios o estudiantes universitarios y científicos aportaron sugerencias de lo que a ellos les había sido muy útil en este sentido. ¿Cuáles de estas diez ideas podrías y querrías incorporar a tu rutina diaria?

10 pequeñas cosas que podemos hacer a diario para ser más inteligentes


  1. Escribe acerca de lo que has aprendido. Escribe unas 400 palabras cada día sobre cosas que hayas aprendido. No tiene que ser un texto largo o bonito pero reservar unos cuantos minutos para reflejar por escrito lo que hayas aprendido cada día incrementa y estimula tu poder mental, aseguran desde Biosciences Inc.
  2. Haz una lista de “completado”.Una gran parte de la inteligencia se compone de confianza y felicidad, así que estimula ambos parándote un momento y enumerando no todo lo que te queda por hacer sino todas las cosas que ya has rematado. Hacer una lista de “ya lo he hecho” te llevará a observar y ser consciente de todas las cosas que YA has conseguido.
  3. Ser más listo respecto a tu tiempo online. El tiempo que pasas navegando por la red no tiene que estar dedicado al cien por cien a chequear tu FB o mirar enternecido cientos de páginas de perritos nadadores. Internet está lleno también de recursos de aprendizaje buenísimos, como Coursera.org (cursos gratuitos, interesantísimos y de todo tipo, impartidos por universidades de todo el mundo), herramientas de construcción y aprendizaje de vocabulario en prácticamente cualquier idioma, los intrigantes TED talks... “Cambia algunos minutos de perros superdotados por algo que alimente tu mente de otra manera”, contestaron algunos de los interrogados de Quora.
  4. Practica los juegos de mesa. Ajedrez, Scrabble, jugar a los barquitos, al bridge o la continental, no importa cuál, estimula tu cerebro hasta niveles increíbles. Los juegos de mesa y los rompecabezas no son solo divertidos sino que pueden hacer mucho por tu cerebro.
  5. Lee mucho. Aunque este consejo no es sorprendente y seguro que te lo esperabas, leer es, definitivamente, esencial. En cuanto a los temas que más estimulan el cerebro, las opiniones varían y las respuestas de los encuestados iban desde desarrollar el hábito diario de leer el periódico hasta una amplia variedad de ficción y no ficción, pero todos estaban de acuerdo en que la cantidad sí importa. Lee a lo bestia.
  6. Ten amigos inteligentes. Esto puede que ser duro en ocasiones para tu estima pero tratar con amigos y compañeros muy inteligentes es una de las más rápidas maneras de aprender. “Rodéate e interacciona de forma habitual con ellos. Recuerda que tu CI es la media de las cinco personas más cercanas con las que te relacionas de forma habitual”, dice el director cuentas en el foro de Quora. “Siempre habrá gente más inteligente que tú en áreas concretas; sé humilde, recuerda que eres único y valioso, y aprende de ellos, que también lo son. Yo paso el mayor tiempo posible con mi equipo de técnicos; nunca he tenido problemas en aceptar que soy, como mucho, un programador medio y que tengo aún mucho que aprender de otros.”
  7. Tómate un descanso. Médicos, psicólogos, maestros de yoga y entrenadores mentales aconsejan siempre: “Siéntate en silencio un rato cada día”. La necesidad de un tiempo y un espacio para procesar todo lo que hemos aprendido nos exige tomarnos un respiro de la continua estimulación mental a la que, voluntaria o involuntariamenete, nos sometemos. Para tu monólogo interior durante un rato cada día sentándote en silencio y con los ojos cerrados. O piensa mientras corres o nadas.
  8. Haz cosas nuevas de forma aleatoria. En su respuesta a cuestionario de Quora, el blogero Shane Parrish (Farnam Street, interesantísimo y fascinante blog) contó que Steve Job tomó un curso de caligrafía de joven cuando, al dejar el instituto, se encontró con un montón de tiempo libre. Aparentemente, no parecía muy útil pero el futuro fundador de Apple adquirió unas habilidades de diseño en ese curso que fueron aplicadas más tarde en los primeros ordenadores Mac. Nunca sabes lo que te será útil el día de mañana, así que aprende cosas nuevas que te atraigan y no dudes de que, en su momento, encajarán de forma perfecta en tu futuro. Aunque en el momento en que lo aprendes por puro placer no le veas la utilidad... la tendrá en tu vida, sin duda.
  9. Aprende un nuevo idioma. No necesitas convertirte en un bilingüe del checo o irte a vivir a un país extranjero para aprender el idioma que hayas elegido. Puedes trabajar a tu ritmo desde la comodidad de tu escritorio y, aún así, disfrutar de esos premios en forma de majora mental. Hay muchos sitios buenos y gratuitos donde hacerlo: Livemocha o Busuu., por ejemplo. Y una vez que tengas aprendidos los mecanismos básicos de ese nuevo idioma, pásate a Memrise donde tu aprendizaje se disparará.
  10. Explícaselo a otros. "Si no puedes explicarlo de forma sencillas, no lo has entendido con suficiente claridad", decía Albert Einstein. Los encuestados de Quora están de acuerdo. Asegúrate de que has aprendido de verdad lo que crees que has aprendido y de que esa información está realmente bien asentada en tu memoria tratando de enseñárselo a otros. “Asegúrate de que puedes explicárselo a otro”, dicen desde el foro los encuestados. Y uno de los estudiantes del foro comenta: “Sea grande o peqqueño lo que aprendas, sigue con ello el tiempo suficiente como para que puedas explicárselo a un amigo. Es muy fácil aprender algo nuevo. Ser capaz de retenerlo y enseñárselo a otros es mucho más valioso. Nadie da importancia a esto, pero el papel de guía que hace el que enseña no solo lo aprovecha su alumno sino que engrandece y expande la vida del que enseña algo”.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Recupera la confianza: 6 pasos ineludibles para lograrlo

No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices
Robert L. Stevenson

No existe un solo ser humano que nazca falto de confianza o seguridad en sí mismo. No hay bebé que no haga saber con claridad lo que quiere (y eso que aún no hablan); no existe el bebé que tema que la vida le fallará; no hay ningún bebé que dé por hecho que no conseguirá lo que quiere... Y no existe, ni ha existido ni existirá ningún niño menor de cuatro años que no sepa lo que quiere en este preciso momento. Aunque no se lo diga a mamá o papá.

Cuándo perdimos esa confianza o seguridad en alcanzar nuestros objetivos o sueños es menos importante que descubrir cómo lo hicimos y muchísimo menos importante que saber cómo recuperarlas. Cómo volver a ser nosotros mismos es, ahora, lo más importante por descubrir. 

La confianza de los niños...
¿Qué podemos hacer para reconvertir esa auto-confianza bajo mínimos que mostramos con cierta frecuencia a otros mediante nuestro lenguaje no verbal, aquélla que sabíamos dejar más que clara al resto del mundo cuando aún no sabíamos ni hablar? ¿Cómo empezar de nuevo a actuar y sentirnos más como nosotros mismos de nuevo? Satisfechos. Plenos. Contentos a pesar de errores o fallos que no convertiremos automáticamente en fracasos insuperables y deprimentes.

La buena noticias es que la confianza en uno mismo es una habilidad que se puede re-aprender y alimentar ad infinitum. Como cualquier otra habilidad implica pasos y acciones específicos que hemos de practicar hasta que sean parte de nosotros mismos de nuevo.

Pero no podremos avanzar y cambiar esos hábitos de inseguridad si no los miramos de frente. La clave de cualquier cambio es el ser consciente no solo de dónde queremos estar sino ser conscientes de dónde nos encontramos en este momento. Tenemos que admitir cuál es el problema y saber cómo se manifiesta en nuestra vida. ¿Qué le están haciendo a nuestra vida en este momento los pensamientos, acciones y elecciones basados en la poca confianza que tenemos en nuestra valía personal? ¿En qué áreas de nuestra vida puede que otros nos estén percibiendo como débiles o inseguros? Sé honesto contigo mismo y admite dónde necesitas una inyección de confianza. Escríbelo y así lo verás más claro.

En el fondo, tenemos todas las respuestas que nos conciernen pero muchas veces nos dan miedo. Es como si las respuestas fueran algo misterioso y oscuro que nos amenazan con la confirmación de nuestro poco merecido lugar en el mundo o la constatación de nuestra invalidez permanente para cualquier cosa que emprendamos. Las respuestas nunca son misteriosas ni oscuras, todo lo contrario; son precisamente aclaraciones de esos pensamientos y creencias confusos y enredados que arrastramos sin saber muy bien cómo manejar. La respuesta es, precisamente, ese aclaratorio que buscamos cuando queremos emprender algo nuevo. O sea, que no vale la excusa del miedo a la claridad cuando lo que estamos es manoteando en la oscuridad. Una locura bastante más habitual de lo que creemos.

Una vez aclarado el misterio de en qué punto estamos en cuanto a la confianza que tenemos, en general, en nosotros mismos, en la vida y en nuestras posibilidades, podemos dar esos seis pasos que terminarán de rematarnos para bien. 

Encuentra el origen desde donde se disparan tus dudas acerca de tí mismo. Una vez identificado el punto o puntos en los que tu confianza hace aguas, sigue excavando e intenta averiguar el "por qué". ¿Hubo un detonante concreto --en tu infancia o en un pasado reciente-- que minó tu confianza? ¿Es todavía ese detonante una realidad objetiva en tu vida? La mayor parte de las veces es únicamente el recuerdo doloroso de un suceso lo que nos mantiene atascados en la vía del poco aprecio por nosotros mismos. Ya no existe ninguna verdad acerca de aquel evento. Y saberlo, ser consciente de ello, te pone de nuevo en tu sitio: al mando de los controles de tu vida. Porque hasta tu lógica entenderá que es muy distinto creerse indigno que serlo.

Re-evalúa la verdad presente de tu vida. Si el suceso aquél --ya antiguo por nuevo que parezca de traerlo tanto al pensamiento-- que disparó todas tus terminaciones dolorosas ya no es real ni actual, encuentra evidencias que contradigan y desautoricen el evento. ¿No has sido capaz de aprender a andar? ¿No has sido capaz de graduarte? ¿No has sido capaz de utilizar la cuchara o el bolígrafo? ¿No has sido capaz de aprender y conseguir nada de nada de nada? Y aún así... ¿qué tendría eso de indigno? A veces, muy a menudo, confundimos nuestras propias expectativas con las de padres y maestros frustrados que quieren que hagamos lo que ellos hubieran querido ser capaces de hacer y no se sintieron con las habilidades necesarias para llevarlo a cabo. Como dice mi amiga Rakel: "Consejos vendo que para mi no tengo"...

Busca auténticas situaciones positivas presentes en tu vida actual que reflejen tu verdadero nivel de valor, confianza y fuerza. Hay --porque las hay-- muchas situaciones positivas en tu vida y las descubrirás si miras con verdadera atención. Dicho de otro modo: entrena a tu mente para ver "lo bueno en el todo". Habla de tus bienes más de lo que sueles hablar de tus males, y hazlo con afabilidad y alegría, sin ser pomposo (no te hace falta presumir). Si realmente te lo propusieras, ¿acerca de qué podrías sonreír sincera y amablemente ahora mismo?

Traza un programa realista de acciones positivas. Si ves que necesitas hacer algo para mejorar algo en tí mismo, tus habilidades o conocimientos, o tu nivel de confort en tu vida en cuanto a una situación concreta, determina exactamente qué necesitas hacer y crea una lista de acciones adecuadas a ello. Puede que necesites cambiar de enfoque tu vida profesional, o sencillamente cambiar tu perspectiva respecto a ello. Puede que necesites ver a un consejero para que te ayude a deshacerte de tus heridas o inseguridades más dolorosas. Cualquier campo en el que percibas una necesidad de mejora, investiga, decide cuál es el primer paso a dar y prográmate para introducirlo en tu rutina. Luego, deja que ese primer paso lleve al segundo e incorpora este también a tu rutina. Y así hasta rematar.

Verás que, haciendo esto, automáticamente, van mejorando otros aspectos con los que tampoco estabas muy contenta. [Muchas veces, el descontento general nos hace pensar que nuestra vida es invivible por todos los problemas que nos acosan y que no sabemos resolver, dejándonos abrumar por el descontento hasta el punto en que no damos ningún paso hacia el deseado bienestar general en nuestra vida. Y todo acaba haciéndose una bola.]

Ejercita tu confianza y/o tu seguridad. Si alimentas tu confianza tus miedos difusos morirán de hambre. Practica la confianza en situaciones pequeñas y manejables actuando con seguridad --incluso si no te sientes segura. Preséntate a alguien nuevo. Rétate a hacer algo más allá de tu zona de confort... Según vayas dando pasos en este sentido y observando algún éxito en estas pequeñas situaciones te irás sintiendo más y más confiado. Tu confianza, al aumentar de forma real, te permitirá abordar situaciones cada vez más "arriesgadas" que tendrán una mayor recompensa a la larga.

Contempla el lado positivo del fallo. Henry Ford decía que el éxito es ir tropezando de fallo en fallo sin perder el entusiasmo. Solo porque hayas enfrentado muchas derrotas en tu vida no significa que hayas sido derrotado. El fallo es el condimento que le da verdadero sabor al éxito cuando finalmente se alcanza. Cada vuelta equivocada que le hayas dado a la tuerca es una parte necesaria en tu camino hacia el crecimiento y éxito seguros. Lo que aprendes de tus fallos lo puedes aplicar en tu próximo esfuerzo para aumentar las posibilidades de éxito.

Concéntrate en la colaboración y en tu aportación. En ocasiones nos quedamos estancados en nosotros mismos, dando vueltas y vueltas en círculo sin saber por dónde romperlo. Nos enfocamos demasiado en nuestras propias percepciones y no en las necesidades de otros. Esto nos hace sentir como si el mundo girase a nuestro alrededor y nos hace más conscientes acerca de todo lo "malo" que ocurre. Así que libérate de tu pensamiento en círculo y concéntrate más en la contribución o aportación que estás haciendo a otros. De esta manera te preocupas menos acerca de tus fallos y flaquezas porque todo tendrá menos que ver CONTIGO. Esto incrementará tu auto-confianza y te permitirá contribuir a la felicidad de los que te rodean. Y cuando contemples el efecto positivo que ejerces en otros serás recompensado con sentimientos amplificados de auto-confianza y seguridad.


Prestando atención a tus comportamientos de poca auto-confianza y estima no solo te abrirás a aspectos donde necesitas mejorar y reforzarte sino que también comenzarás el proceso de re-definir cómo eres percibido por otros. La confianza en uno mismo es una de las más atractivas cualidades que podemos poseer. No dejes que la tuya se mantenga bajo mínimos y te mantenga a ti por debajo de tu mejor versión de ti mismo. No tendrá ese poder si tú no se lo das.

Y recuerda: no se trata de lo inteligente seas, lo bien vestido que vayas ni lo mucho que sepas; se trata de poner manos a la obra y, con lo que ya sabes, cambiar tu vida para mejor. Haz algo hoy mismo para convertirte en la persona segura, exitosa y feliz que se esconde dentro de ti. Leer esto te habrá ayudado muy posiblemente a dar el primer paso... no te pares ahí.

Si quieres comentar algo sobre este artículo, o compartir tus pensamientos, estaré encantada de publicarlos. Por ejemplo, ¿qué te ha ayudado en tu vida a disparar tu confianza en tiempos de inseguridad?

Te deseo un feliz y confiado resto de domingo.