miércoles, 20 de enero de 2016

Mantén la calma y sigue andando

Soy optimista; no parece tener mucho sentido ser otra cosa.
(Sir Winston Churchill)

Cada mañana, cuando me siento a escribir, tomo mi primer y mi segundo cafés en una taza de fina porcelana inglesa de color rosa chicle que, hace un par de años por estas fechas, me regaló mi amigo Carlos a su vuelta de un viaje a Londres.

Sé que me la regaló con mala intención; su sentido del humor es enorme pero bronco a veces. Fue, estoy segura, un regalo irónico. Creo que piensa que no pierdo la calma porque no tengo sangre en las venas :-D. A pesar de todo, esta es mi taza preferida para empezar el día. 

El mensaje, en letras blancas y en inglés, me recuerda que mantenga la calma y siga adelante.

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El 3 de septiembre de 1939 el Primer Ministro británico del momento, Neville Chamberlain, conformó un nuevo Gobierno con objeto de afrontar la crisis que se venía encima con motivo de la guerra. Tal era el temor y la ansiedad que vivía el país que Chamberlain llamó a Winston Churchill (a pesar de los pesares) y lo nombró Primer Lord del Almirantazgo, metiendolo a toda prisa en el Gabinete de Guerra.

Ante el temor del Gobierno británico de una invasión masiva por parte de los nazis, todos los ministros contribuyeron y pusieron su granito de arena. Para mi gusto, el más original -y sin duda muy creativo y eficaz- fue el llevado a cabo por el también recién nombrado Ministro de Información.

Lord MacMillan encargó a toda prisa una serie de simples pero sorprendentes carteles rojos (buen color si quieres llamar la atención) para devolver la confianza al pueblo británico y reagruparlo de nuevo con un objetivo común: superar ese miedo que paraliza el mundo. Estos carteles fueron pegados, colgados y clavados por todo el país en columnas, muros, tablones de anuncios y estaciones de tren. Uno de ellos rezaba: "Tu coraje, tu optimismo y tu propósito nos darán la victoria". Otro advertía que "Nuestra libertad está en peligro". 

Además, se preparó otro cartel del que se imprimieron más de dos millones de copias, aunque este poster sería distribuido únicamente si ocurría lo peor. En grandes letras blancas este cartel aconsejaba:

Keep Calm
and
Carry On

(Mantén la calma y sigue adelante)

A pesar de los ataques aéreos, los bombardeos al pueblo británico, la evacuación de los niños londinenses al campo para evitarles en lo posible el horror de la guerra, el drástico racionamiento de comida y otras necesidades básicas como los huevos o el hilo de zurcir, lo peor realmente nunca ocurrió. De hecho, esta situación extrema se salvó por el ánimo de los británicos, ánimo que queda reflejado en el ingenio femenino llevado al extremo cuando se aplicó a asuntos de moda: a falta de medias y calcetines finos o del hilo necesario para hacerlos, las mujeres comenzaron a "maquillar" sus piernas con té frío y luego se dibujaron en ellas largas líneas negras -que las recorrían de arriba a abajo- simulando la famosa y sexy costura de una media de cristal. ¡El ingenio, la coquetería y el coraje femeninos en marcha!

Como los británicos consideraron que no había ocurrido lo peor, los ejemplares de este cartel se destruyeron y se reciclaron en pulpa de papel... O eso creyeron los del ministerio de Información.

Hace algo más de una década, un librero inglés encontró uno de estos carteles en el fondo de una caja de libros que había comprado en subasta (o sea, a ojos cerrados). Y debió de gustarle. Porque lo enmarcó y lo puso bien a la vista junto a la caja registradora de su librería.

Y tanta gente quiso comprárselo que hizo imprimir reproducciones del póster con un eslogan que, setenta años después de que la invasión temida no llegara a término, ha alcanzado estatus de culto en el mundo moderno. Este mensaje reconfortante anima a cualquiera que esté pasando por períodos de ansiedad (económica, profesional, amorosa o peleando con su lista de buenos propósitos), asegurándole que, si sigue andando, encontrará el "adelante"...

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Si los ingleses fueron capaces de mantener la calma ante la posibilidad de una invasión nazi, ¿no vamos a ser capaces nosotros de mantenerla ante la enormidad de nuestra lista de buenos propósitos para el 20116?

No te dejes asustar por todo lo que quieres conseguir, no te dejes achantar por tu lista. Recuerda que no todo lo tienes que conseguir el próximo lunes, pero no renuncies a nada de lo que de verdad te importa. Mira a diario tu lista, familiarízate con ella, mantén la calma, tómate todo el tiempo que necesites para desmenuzar y re-enumerar esos propósitos por orden de importancia para ti (no más de un mes, que luego nos aburren las listas) y empieza a trabajar con uno de ellos ahora mismo mientras afinas el resto. Divídelos en pasos y acciones claros y creíbles para ti, y ponte en marcha. De veras que es la única manera que tenemos de no repetir la misma lista durante diez años más.

Dice Natalie Goldberg que para escribir bien lo que hay que hacer es escribir sin parar. El primer -y más importante- consejo que la autora  de Writing for Life da a sus alumnos para escribir de forma satisfactoria es: "Mantén tu mano en movimiento". En el mundillo literario americano este consejo es considerado también válido para el sexo pero yo considero que es un consejo validísimo para la vida en general.

Para vivir bien lo hay que hacer es vivir sin parar, mantener la vida en movimiento.

Sin perder la calma.